1) Usar casco protector.
2) La prevención duplicarla al cruzar bocacalles y avenidas.
3) Indicar las maniobras antes.
4) Respetar semáforos y señales, también a los peatones y exigir
ser respetados.
5) Usar reflectores lumínicos y sobre todo de noche ponerse ropas brillantes o chaleco de señalización
6) Tener los frenos a punto máximo de eficiencia.
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No es cuestión de pensar que nos sigue la mala suerte si se nos corta un rayo. No pasa todos los días pero seguro que pasa cuando menos se lo esperaba. Así que mejor estar preparados mínimamente por si llegara a suceder.
En la bolsita de herramientas conviene’ tener una llave para rayos. Su costo no es elevado y al ser tan chica no ocupa mucho lugar y pesa casi nada. Esta recomendación es válida sobre todo para los excursionistas que gustan de los paseos por lugares alejados. Será muy desagradable no tenerla a mano en caso de necesidad y comprobar que con una pinza común se trabaja mal sobre una tuerca tan chiquita. En caso de rotura de un rayo lo más conveniente será enrollarlo con el de al lado para que no castigue y pueda producir un daño mayor. Si tenemos la llavecita convendrá quitarlo.
Con la bicicleta invertida, es decir apoyada en el asiento y el manubrio, se hace girar la rueda averiada para ver si se ha descentrado mucho. Los patines de freno pueden servirnos de guía. Lo más probable es que se detecte una oscilación apenas pronunciada al aproximarse el lugar donde falta el rayo. Si es poco, no preocuparse y se continúa viaje con la rueda en ese estado. Si la oscilación es grande, significa que la rueda está bastante fuera de centro y lo que puede hacerse como emergencia es aflojar un poquito la tensión de los dos rayos que están al lado del que se rompió. Esto responde a una lógica: esos rayos que secundan al roto tiran en sentido contrario y al faltar hl del medio que tiraba en sentido contrario para equilibrar, esa nivelación de fuerzas se ha perdido. Al aflojarlos no se restituye el equilibrio pero como la tensión es menor quedará la rueda más centrada.
Por último, si este remedio no fue efectivo habrá que tensar los dos que tiran del mismo lado que el roto y que son los siguientes a los que acabamos de aflojar. Mucho cuidado con esta operación porque requiere observación y paciencia. Impulsivos, abstenerse porque se pueden encontrar con una rueda que baila más que antes a causa del tire y afloje descontrolado.
Al sacar una rueda para cualquier reparación da un poco de trabajo ajustaría de manera que quede en el centro de la horquilla. Es decir, repartida a igual distancia a derecha e izquierda. Todo será más fácil si tenemos a mano un taquito de madera que se coloca entre la llanta y la horquilla y se sujeta firmemente con una mano mientras con la otra se ajustan las tuercas del eje. Desde luego que ese taquito de madera hay que tenerlo preparado con la medida correspondiente con bastante tiempo de anticipación y una vez bien calibrado servirá para siempre.
Un pincel y querosén son los mejores aliados. Después, con un trapo secar todo y frotar. La grasa para rodamientos es la ideal, es gomosa, consistente y la acción lubricante persiste por mucho tiempo. La punta de un dedo en cada bolillero será suficiente.
Si la bici es nueva, al poco tiempo de rodar, las cubetas y bolilleros habrán hecho su «casamiento» y la tensión del tornillo y la tuerca central habrán cedido lo necesario.
Y si tenemos una bicicleta que ha cumplido algunos añitos, el óxido y el desgaste pueden andar haciendo de las suyas.
En cualquiera de los dos casos conviene prevenir y con ese sentido intentaremos hacer algunas sugerencias para el mantenimiento. Una dirección convencional no requiere de herramientas especiales más allá de un par de llaves comunes y por supuesto, algún conocimiento. Con la rueda delantera entre las piernas, firmemente sujeta, se afloja la tuerca y contratuerca de bloqueo de la dirección.
Para un andar cómodo y seguro, la dirección en su conjunto debe estar bien engrasado y mejor ajustado. El manubrio debe girar con suavidad y la horquilla debe estar libre de traqueteos mecánicos producidos por holguras indeseadas.
En la mayoría de las bicicletas habrá que liberar el cable puente del cantilever, después la funda del tope y la cabeza del cable de la manija. Algunas veces habrá que liberar el prisionero del cable, al final de su recorrido. Verificar que el cable esté limpioy engrasar moviendo luego la funda para que el lubricante se expanda.
Los pasos a seguir son los mismos pero para que el cable se destense será necesario poner la cadena en el plato grande y el mando en la posición de plato chico.
Subir la cadena al piñón grande y darle al pulsador hasta ponerlo en la posición del piñón más chico, pero sin tocar la cadena, ni mover la rueda. De esta manera el cable quedará totalmente destensado. Así será fácil sacar la funda de su respectivo tope.
Con el cable libre, llegó el momento de engrasar, siempre y cuando que esté limpio. De lo contrario, una buena pasada con un trapo será necesaria. Engrasamos y deslizamos la funda hacia arriba y abajo de manera que el lubricante se desparrame en el interior.
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