Reciclaje biológico:
El compostaje merece la pena. Quien realiza este trabajo, no sólo contribuye a reducir la basura doméstica sino que además obtiene unas materias primas valiosas para proporcionar nueva vida y alimentar las plantaciones. La buena cosecha, en flores y frutos, estará más cerca del que disponga un nutriente compost.
SUGERENCIAS PARA UN COMPOSTAJE CORRECTO
Los desperdicios del jardín que se producen tras la poda, el corte del césped o el desmalezado son ideales para iniciar un estercolero. Algunos restos de basura doméstica también podrán ser aprovechados ya que una vez descompuestos serán parte del mantillo orgánico que mejorará la calidad del suelo. Para realizar un buen compostaje hay que tener en claro que la descomposición es un proceso en el que intervienen bacterias. Las mismas requieren alimento y oxígeno. Los aportes de carbono (C) y nitrógeno (N) necesarios deben estar equilibrados porque son los responsables de la putrefacción. El oxígeno, provisto por el aire debe ser abundante, por eso se aconseja cada tanto intercalar capas de materiales esponjosos. El otro factor importante se relaciona con la humedad: la misma debe ser mantenida de manera que no se produzca empastamiento pero que facilite la vaporización permanente con desprendimiento de calor. De ninguna manera debe llegar a «arderse» (el desarrollo de temperatura elevada puede matar a las bacterias y frenar el proceso). Para evitar esta situación conviene mezclar, remover los materiales apilados. La experiencia es el mejor indicador para saber cuándo el compost está listo. Por lo general a los dos meses las materias orgánicas blandas comienzan a desmenuzarse y ennegrecer. Mientras se mantenga la humedad y la oxigenación el paso del tiempo juega a favor.
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