Aproximacion de la fotografia:
¿Cómo habrá salido la experiencia con los positivados de contacto? En la era de la fotografía en color y la digitalización de imágenes ¿será posible capturar la luz con métodos tan artesanales como los de Niepce y Daguerre? ¿Será inevitable apasionarse por algo, todavía? De cualquier manera, el negro no pasa de moda, ¿verdad, Sara Fació? y sabemos de un fotógrafo profesional que regresando a los principios utiliza una caja de cartón (legítima «úsela y tírela») con un agujerito por objetivo. Seguimos adelante con la propuesta de aprender lo elemental en fotografía, en forma practica y facil.
Revelar un rollo:
¿Se consiguen rollos en blanco y negro? La película monocroma se continúa fabricando y en casas de fotografía no hay dificultad para conseguirla. En rollos de 35 mm y 120 se puede elegir entre varias gradaciones de sensibilidad. La fotografía artística se vale de ella y también la industria gráfica. Además está recomendada para todos los que quieran hacer sus propias experiencias en laboratorios domésticos.
LA PELÍCULA:
Hay grandes diferencias entre el papel fotográfico y la película. La más importante: la transparencia. Los dos registran la luz, la graban, pero el papel es opaco y deja los negros, blancos y todos los grises a la vista, en tanto la película tendrá zonas que dejan pasar toda la luz, otras que no dejan pasar nada y una extensa región poblada de pequeños puntos o manchas más o menos densas.
El respaldo papel, es opaco. El respaldo de la película, es transparente. El papel viene con distintos grados de contraste: duro, normal, suave y multigrado. Las películas, varían la sensibilidad con una escala más precisa y se mide en ISO o DIN. Más alto es este número más «ve» la película cuando hay poca luz. ¿Te acordás de los haluros? Esas sales de plata son más finas cuanto menos sensible sea la película y a la inversa: película muy sensible, número ASA o DIN alto, sales más gruesas. Esto se apreciará sólo en las grandes ampliaciones, de lo contrario, con las películas normales, entre 100 y 400 ISO el grano es invisible. Los papeles son insensibles a la luz roja o anaranjada (exceptuando a los multigrados que requieren un color especial) pero ¡cuidado! las películas corrientes «ven» todos los colores, por eso, las películas blanco y negro se dicen que son pancromáticas. (pan=todos, cromo=color). En el laboratorio es recomendable trabajar a plena oscuridad. No obstante hay una lámpara o filtro (Máximo 15 Wat) con luz casi invisible de color verde oscuro. Aún así, no conviene exponer la película demasiado tiempo o a distancia inferior a 1,20 m, porque se corre el riesgo de veladuras.
Tanque Revelado:
Para evitarnos desagradables sorpresas y un manipulado incómodo no vamos a revelar la película en cubeta y a mano, aunque se puede. Tendrás que conseguir un tanque de revelado.
El mismo, consiste en un recipiente totalmente opaco y libre de reflejos, con un orificio de entrada de los líquidos y una ranura de salida. Desde luego que cada una con sus propias trampas de luz. (Entran y salen líquidos pero la luz no pasa). Adentro del tanque hay una espiral doble que sujeta a la película por los bordes, arrolllada pero sin que sus caras se toquen. Al pie del eje hay una ondulación que permite agitar el contenido con solo girarlo.
Así, el ataque de los agentes reveladores y fijadores es parejo en toda la superficie de la película.
PRODUCTOS PARA EL REVELADO:
Igual que los ya vistos para trabajar con papeles: revelador, baño de paro, fijador.
Te hará falta un revelador para películas de los muchos que se ofrecen ya preparados en cualquier casa de fotografía. Todos contienen un cáustico alcalino que ablanda la emulsión y otros componentes que modifican a los haluros de plata.
Siempre traen instrucciones precisas sobre la temperatura de trabajo adecuada para las distintas sensibilidades de los rollos y el grano que producen, además del tiempo de revelado. El baño de paro es una disolución de ácido acético en agua. El agua sola también sirve, pero se corre el riesgo de que el revelador sea muy fuerte y continúe trabajando con resultados inciertos. El fijador ácido, casi siempre hiposulfito de sodio, da por terminado el proceso y gracias a él la luz no producirá alteraciones posteriores. Tendrás que respetar las indicaciones para su uso porque llega un momento en que se agota y no cumple bien su trabajo.
PREPARATIVOS:
Con la luz blanca dada nos posicionamos: ¿Funciona la luz inactí-nica verde? Apagamos la blanca y no se ve nada. Con la verde dada tampoco se ve nada. Si en dos o tres minutos te ves las manos y algún objeto claro, está bien.
Luz blanca. Abrir el tanque de revelado y controlar dónde empieza la espiral. Con una película vieja comprobar cómo se enhebra y cómo se carga. (En las buenas casas de fotografía que te venden el tanque te demostrarán cómo se carga la película).
Ahora hay que ser riguroso: los líquidos tienen que estar todos a la temperatura de trabajo (generalmente 20° C). El revelador es el que manda y el fabricante el que lo indica en el prospecto. Más de 5o C de diferencia entre los líquidos pueden traer consecuencias muy desagradables. Por eso se aconseja que todos vayan a igual temperatura que el revelador.
Vamos a revelar:
Apagar luz blanca. En esa casi total oscuridad, quitar el respaldo del rollo si es 120 o abrir el chasis que contiene la película de 35 mm. En este caso, como el cilindro viene sellado será necesario usar un destapador de gaseosas. (Conviene ensayar a plena luz con un rollo ya usado) La punta de la película se corta a 8 o 10 cm ya que estará velada y gastará los líquidos inútilmente.
Enhebrado el primer tramo, la espiral trae un sistema de crique para permitir enroscar la película girando una de sus partes un octavo de vuelta. En el sentido de las agujas del reloj la película avanza pero a la inversa, no retrocede. La yema de los dedos no debe apoyar en la película porque dejará marcas, por lo tanto, siempre manipularla por los bordes. La emulsión no debe ser arañada por objetos punzantes, bordes de la mesa, uñas, etc.
Se coloca la espiral en el tanque y se tapa. Ahora se puede encender la luz. Se echa la cantidad suficiente de revelador a la temperatura indicada en el prospecto y se comienza la agitación.
Cumplido el tiempo estipulado se quita el líquido tratando que escurra totalmente. Se echa el baño de paro y se agita suave un minuto, al cabo del cual se quita del tanque.
Una vez desagotado se vierte el fijador, que estará a la temperatura elegida y se fija durante 5 minutos. Ya se puede abrir el tanque y ver los resultados.
BUENOS RESULTADOS:
Pronunciada gama de grises, negros densos y transparencia claras, sin nada turbio, son síntomas de un revelado bien hecho. Los márgenes y la parte dentada en rollos de 35 mm deben ser transparentes. Manchas oscuras en esta zona pueden denotar mal revelado o filtración de luz en la cámara.
TAREAS FINALES:
Convendrá dejar después unos minutos más al rollo en el baño fijador, antes de lavar con agua abundante.
La forma más práctica de lavar películas es meterlas en un recipiente profundo, dejar la canilla abierta pero conectada a una manguerita fina de manera que el agua ingrese desde el fondo. No se deben formar burbujas porque si se forman sobre la película el lavado será defectuoso.
Los líquidos fotográficos se contaminan entre sí con facilidad. Lo mejor es mantenerlos apartados y diferenciados con rótulos visibles. Pero lo más importante es que no pasen gotas de uno al otro durante el proceso. Sobre todo el fijador al revelador, porque éste se estropea con la incorporación de ácido. Un buen embudo evitará derrames y salpicaduras. No te olvides de tapar bien las botellas y tenerlas rotuladas correctamente, para evitar cualquier confusión. Hay pinzas especiales para colgar negativos para que escurran y sequen. Las de la ropa pueden servir si tienen fuerza suficiente para sujetar la película sin que se escape.
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