
Decoración de puertas.
Al decorar o transformar una pieza raramente se da la debida importancia a las puertas. Generalmente se resuelve la cuestión pintándolas en un color en armonía con el de la pared. Sin embargo, existen muchas maneras de engalanar una puerta o bien disimularla.
La pintura es evidentemente la solución más fácil. Dada la gran gama que existe en el mercado, no será difícil hallar el color exacto deseado para armonizarlo con la decoración existente. Sin embargo, hay que tener presente que las puertas están continuamente expuestas al uso y, por lo tanto, conviene elegir una pintura lacada o esmaltada para facilitar la limpieza.
Si se decide pintar una puerta con un solo color, habrá que tener en cuenta que el efecto resultará más decorativo si se inserta dicha puerta en un empapelado contrastado, o si se pinta una franja con un color que contraste también con la moldura que la encuadra. Si se quiere obtener un resultado más original, una simple banda de rayas o un motivo geométrico dibujados sobre la puerta o en todo su contorno pueden proporcionar efectos espectaculares.
Por otra parte, se puede tapizar una puerta para destacarla o para disimularla. Si se trata de una puerta de paneles, por ejemplo, se logrará un excelente resultado tapizando los paneles con el mismo papel o tela de las paredes y pintando el marco en un color vivo o contrastado. Pero si se desea camuflar una puerta, bastará tapizarla o empapelarla íntegramente como las paredes de modo que se confunda con ellas.
Para revestir una puerta es necesario emplear un adhesivo más eficaz que la cola blanca corriente. Si el papel no es vinílico ni lavable, se tendrá que dar una capa de barniz transparente para proteger la puerta. Conviene tener en cuenta, sin embargo, que el barniz altera ligeramente los colores del papel. Se evitará, pues, este método si se quiere que la puerta empapelada se integre en el fondo de la pared.
Otra idea decorativa para una puerta consiste en revestirla con una tela que armonice con las cortinas o los cojines, por ejemplo. Para ello se utilizará una cola a base de látex, pero conviene evitar las telas claras y poco gruesas o de color muy claro, ya que podrían quedar manchadas con la cola. También se pueden utilizar tachuelas de tapicero o grandes clavos de chilla o de ala de mosca, cuyas cabezas son muy decorativas. Hay que estirar bien la tela de arriba hacia abajo. Una vez hecho el tapizado, se aplica sobre la tela un producto antimanchas.
El corcho es otro buen material decorativo para puertas que permite además convertir la puerta en un tablero de anuncios, si interesa. Se utilizarán baldosas de corcho delgado recortadas y ajustadas de acuerdo con las dimensiones y formas de la puerta. Si se quiere utilizar la puerta como tablón de notas, convendrá usar placas más gruesas. Se logrará una decoración muy personal dibujando un motivo sobre las puertas o adquiriendo patrones para dibujar por estarcido. Estos productos, así como la pintura y tampones, se podrán hallar en las tiendas especializadas. Una vez realizado el dibujo, se protege con una buena capa de barniz.
Otra idea que puede dar resultado consiste en realizar un collage sobre la puerta mediante imágenes, postales o fotografías; hay que tener en cuenta que esto requiere tiempo y paciencia. Cuando se haya recubierto toda la puerta, se da una capa de barniz de poliuretano y* se deja secar. Después se da una segunda capa de barniz y se lija suavemente para obtener una superficie lisa. Se repite la operación tantas veces como sea necesario hasta conseguir una superficie regular y que cubra el papel.
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