La zona de estar y de comedor en una vista contraria a la de la primera foto. Al fondo queda la cocina. La lámpara de cerámica es de Mayfer, los baúles son tailandeses, de Secara, y las alfombras son kurdas.
El otro acceso al vestíbulo despacho ha sido aprovechado para colocar en uno de sus lados toda una
serie de armarios.
El arquitecto cuidó todos los detalles de la casa. No se buscaba el lujo espectacular sino la máxima calidad en acabados y materiales. Aquí vemos la parte posterior del tiro de la chimenea del comedor y cómo el ladrillo a vista se pintó en dos tonalidades para evitar una monotonía excesiva.
El hall tiene una gran ventana que se abre directamente sobre el porche. El único mobiliario es esta pieza tapizada en rafia.
Zona de estar con sofás tapizados en otomán de seda. La mesa de centro es de metacrilato y travertino, diseño del decorador Diego Rodríguez. Cierran el ambiente dos sillones de nogal tapizados en tonos crudos.
ESPACIOS UNIFICADOS:
Por medio de las molduras de escayola, lacadas en blanco, se ha pretendido proporcionar una impresión de mayor altura de techos. Se conservaron las puertas originales de la casa, lacándose en el mismo tono, y cambiando todos los herrajes.
Todas las paredes se tapizaron en un raso de algodón del mismo tono de las cortinas de las ventanas, que además se revistieron con doble visillo. El ambiente uniforme creado por el único tono de color, se coordina con los tonos rosas y estampados de las tapicerías y va combinado en tonos muy suaves, mezclando lacas con muebles clásicos. El salón cuenta con una librería estilo Imperio, diseñada por Paco Terán, lacada en beige, con columnas estriadas en roble, fondo de espejos e iluminación halógena.
El comedor es la única pieza con separación de puertas correderas, también lacadas, cuenta con una magnífica lámpara de cristal de La Granja, de procedencia familiar; el aparador hace juego con la librería y la mesa es de marmol travertino, con detalles de Portoro. Las sillas van tapizadas en el mismo tono general. La iluminación es halógena empotrada en la zona de recibo, y baja y ambiental en la zona de estar del salón. Las alfombras son todas de seda persa, y tanto éstas como los muebles han sido, o bien seleccionados, o bien adquiridos en las tiendas de Paco Terán.
La reforma de este piso, situado en una zona moderna y soleada, de edificios no muy altos y cercana al madrileño parque del Retiro, la ha llevado a cabo Diego Rodriguez, del equipo de interiorismo del Estudio de Paco Terán.
En su estado original, se trataba de una vivienda muy fragmentada en pequeños espacios, clásica distribución de quince años atrás, al contar con tapicería y paredes en tonos apagados, la casa era oscura y poco luminosa.
La reforma consiste en dejar un gran espacio diáfano, eliminando los tabiques, para facilitar la circulación, y situando diversos ambientes, sin separaciones evidentes. Un mismo tono de beige proporciona uniformidad y establece una continuidad coherente en toda esta zona, tanto en las carpinterías lacadas de muebles y puertas, como en los tonos del entelado de los paramentos.
El taller y sus dependencias ocupan lo que en tiempos fueron el granero y establo de la granja. El arquitecto respetó, como ya hemos dicho anteriormente, la estructura básica de los edificios, canalizando su intervención en la apertura de ventanales y en el interiorismo, realizado casi siempre con maderas de tonos claros, como vemos en este asiento con respaldo de espejo.
El taller en pleno funcionamiento. Los muebles contenedores y las mesas están especialmente pensados para facilitar el trabajo creativo.
Aquí vemos la granja con las tierras que la rodean. El matrimonio Schlaepfer compró algunos de estos terrenos, para tener la seguridad de que en ellos no se edificaría, y los siguen cultivando según los métodos tradicionales de la región.
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